“Es posible que la toma de decisiones consista en
Periodos de avances a tientas, seguidos de agudas
Intuiciones súbitas que acaban cristalizando”
HENRY MINTZBERGANZANA
El proceso de decisión del
consumido cuando compra y consumo bienes y servicios ocupa en el Marketing
actual un papel central y relevante dentro del análisis del comportamiento del
consumidor, entendido como (Wilkie 1990):
“el conjunto de actividades que
realizan las personas cuando seleccionan, compran, evalúan y utilizan bienes y
servicios, con el objeto de satisfacer sus deseos y necesidades, actividades en
las que estas implicados procesos mentales y emocionales”.
Considerada en términos
generales, una decisión es la “selección de una opción a partir de dos o más
posibilidades alternativas” (Schiffam y Kanuk 2005), lo que revela la necesidad
de que existe varias alternativas para que puede hablarse realmente de un proceso de decisión.
Por ello, cuando el consumidor
no dispone de alternativas, o se ve forzado literalmente a efectuar una compra,
o realizar una acción especifica (como tomarse un medicamente), se dice que es
una decisión sin opciones o “decisión de Hobson” (Schiffam y Kanuk, 2005).
El desarrollo de la Teoría de
la Decisión, aunque ha encontrado un campo amplio de aplicaciones, se ha
producido principalmente en tres áreas del conocimiento (León, 1987):
·
En Economía,
en relación con los problemas de dirección de empresas, en la medida que
comporta decisiones de inversión y asignación de recursos, por un lado, y
cierta necesidad del conocimiento de la conducta del consumidor por otro,
·
En
Matemáticas, ocupándose fundamentalmente de la búsqueda de generalidades desde
un punto de vista formal, y derivando de un conjunto de axiomas lo que ha
venido a denominarse como “conducta racional” de las personas.
·
Es
Psicología, que ido incorporando diversos hallazgos y conocimientos relativos a
como toman en general las personas sus decisiones.
Veamos a continuación algunos
aspectos generales del proceso de decisión.
Razonamiento y Elección
Las decisiones individuales
pueden considerarse como una respuesta observable a la que la persona llegara
por medio de algún proceso de razonamiento (juicio) y elección (decisión).
Ahora bien, aunque ambos términos suelen utilizarse indistintamente, diversas
investigaciones han demostrado que no representan realmente el mismo proceso.
Ahora bien, que ambos conceptos
sean diferentes no quiere decir de modo alguno que no estén relacionados como
parte del proceso de decisión, si bien tampoco debe asumirse u orden univocó
entre ambos elementos. En efecto, aunque parezca más natural que el juicio
preceda a la decisión, puede ocurrir también lo contrario.
La Decisión como Conflicto
Cualquier decisión supone
siempre el conflicto de elegir entre alternativas excluyentes, de modo tal que
la elección de una de ellas (opción dominante) elimina inevitablemente las
demás (opciones dominadas). Es decir, toda elección implica siempre una
renuncia o coste de oportunidad (trade-off).
Cuando ninguna de las
alternativas es claramente dominante se desencadena un proceso de demora de la
decisión hasta que nuevas opciones permitan resolver el conflicto planteado.
El conflicto en consustancial a
todo proceso de decisión, si bien puede plantarse de diversas maneras (Coombs y
Avrunin, 1977): entre dos opciones positivas (“atracción-atracción”), entre una
opción positiva y una opción negativa (“atracción-rechazo), y entre dos
opciones negativas (“rechazo-rechazo”).
La Decisión bajo Incertidumbre
Las alternativas disponibles en
un problema de decisión concreto presentan a veces una relativa claridad en
cuanto a la determinación y establecimiento de las preferencias o su
evaluación. La mayor parte de las veces, sin embargo, la incertidumbre sobre
las posibles consecuencias o resultados de una decisión determinada añade una
nueva fuente de conflicto al proceso de decisión.
Tradicionalmente se han
concebido las decisiones bajo incertidumbre como aquellas en la que existe información
o conocimiento incompleto de la situación o problema de decisión (Scholz,
1983), es decir, cuando las alternativas disponibles, los resultados posibles
y/o su probabilidad de ocurrencia, son desconocidos en alguna medida por los
individuos en el momento de tomar la decisión.
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